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jueves, 30 de junio de 2016

Fuerza guerreros!

No hay nada peor que ver niños sufriendo de cáncer. He visto pocos en el Centro en este tiempo, pero cada uno se quedó grabado en mi memoria como un triste recuerdo.
Una peque en brazos de su papá que la besaba intensamente, un chicoco llorando entrando a radioterapia quizás por cuánta vez y hoy un chico de unos 8-10 años, peladito y con mascarilla, apenas subía los dos o tres escalones que hay a la entrada del centro. Mientras esperaban el ascenaor, su mamá besaba el gorrito que tapaba su peladita y lo abrazaba con unos brazos gigaaantes de mamá osa como para no querer entregárselo a este enfermedad macabra.  
Sé lo que es tener un hijo con riesgo de muerte, pero no hay ninguna experiencia previa que me haga dimensionar siquiera un ápice del sufrimiento que llevarán esos padres diariamente.  
Ellos, los niños, merecen toda mi admiración. Tal vez no se den ni cuenta de cómo o cuánto luchan luchan y luchan por mejorarse. Quizás con qué fuerzas, quizás sin siquiera darse cuenta qué tan enfermos están.
Los niños deberían ser inmunes al cáncer.
Quisiera no sentir pena, porque quiero que todos ellos se mejoren, pero está difícil no ponerse triste hoy.

miércoles, 22 de junio de 2016

La enfermedad.

No recuerdo muy bien en qué orden o fechas sucedieron las cosas después de ese día.

El doctor revisó mis exámenes y me dijo que tenía la impresión de un Birads 4A, pero que sólo podría confirmarlo con una biopsia. Creo que me fui con la esperanza de que su "4A" fuese cierto, pero en el fondo sabía que no sería fácil ni menos gratis todo lo que estaba sucediendo.

La biopsia fue el 18 de Marzo 2016.  Los resultados debían estar listos en dos semanas, pero cuando llamé me dijeron que debían realizar otro estudio sobre la misma biopsia y ahí entendí que el resultado no venía positivo (estudio inmunohistológico). Dos eternas semanas más de espera.  Luego de un mes el doctor me confirmó que efectivamente había cáncer... y no del bueno. 

Se programó la cirugía para el 25 de abril. Mastectomía parcial de mama derecha. 25% de pechuga menos. Frente a la idea de no estar viva, vivir con una pechuga más chica me daba exactamente lo mismo. Incluso si me hubiesen dicho que la mastectomía debía ser total.

Casi un mes más de espera para saber el resultado de la biopsia de la operación y conocer, con mayor detalle, en qué iba la enfermedad, si se había expandido a otros órganos o no, en qué fase estaba y si el tratamiento sería radioterapia o quimioterapia.
20 de Mayo: No sé si esa mañana habré estado más nerviosa que en la primera operación de mi hija, pero era imposible que algo más que un monosílabo saliera de mi boca. Tampoco lloraba. Solo me sentía en shock, casi esperando el resultado de una película de terror en donde el que moría o se salvaba... era yo.  

El resultado: carcinoma lobulillar in situ, carcinoma invasor y carcinoma ductal lobulillar, todos con borde negativo y un sin fin de otras cosas y términos que no entendí porque, la verdad, no quise. A esas alturas era mucho para mi cabeza y mis nervios colapsados. Lo bueno, además de los bordes negativos, ganglios limpios, el cáncer no se había expandido a otros órganos. El tratamiento sería algo largo, pero después de toda la espera por fin sabía que mi enfermedad estaba en Fase I.  Radioterapia por un  mes, hormonoterapia por 5 años mínimo y puro amor y paz. Ya puedo descansar mi mente un poco más y continuar haciendo hermosos planes para el futuro.