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viernes, 10 de enero de 2020

Y todo estuvo bien...

 Año 2007, 8 de enero. Anto 6 meses 5 días. Recién llegadas a casa después del alta de su 2da operación cardíaca. Ya no recuerdo bien cuantos días estuvo internada, creo que 12 o 13 y no mas solo porque le rogué a su doc que nos dejara pasar la navidad con ella en vista de que pasaría el año nuevo en la clínica. 
Ese año nuevo nos dejaron entrar 5 minutos para las 00:00, beso, abrazo, un cariñito y a las 00:05 nos pidieron salir.  

Estábamos todo lo que es #raja de cansadas. El cansancio mental es muchísimo más agotador que el cansancio físico y de eso sí que he aprendido con esta enanis.

 Cuánto quisiera poder apapachar a esa guaguita de nuevo!! Abrazarla, besarla, olerla... Y contarle que en 13 años más todo va a estar bien, que va a ser una niña hermosa en cuerpo y alma, decirle que será una luchadora tremenda! y que tendrá mi más absoluta admiración por su valentía y coraje, por su forma de ser y de pensar y por todo lo que me ha enseñado a ser como mamá y persona. Contarle que echó por tierra todas mis expectativas porque será  mucho más de lo que siempre había imaginado, contarle que me enseñó a ceder, ceder y ceder, a armarme de una paciencia infinita y a entender que las expectativas causan más estrés que satisfacciones, que sólo hay que aceptar y aprender. Decirle que es mi adoración más absoluta, mi cable a tierra.

Es que no me alcanzan las palabras para contarte, guaguita mía, cuánto te voy a adorar en 13 años más y estoy completamente segura que, conforme pasen los años, mi amor y admiración por ti solo seguirá en aumento.
Te amodoro mi vieja chica, al infinito y más más más allá. 

Mamá.