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sábado, 20 de junio de 2015

Desahogo

Déjame, déjame tener pena como antes.
Déjame que llore porque siento que daño a quien mas amo. Porque las cosas me sobrepasan, porque no se cómo llevar la carga, porque no sé si lo hago bien... o demasiado mal. Déjame que llore simplemente porque tengo pena, porque estoy cansada  hasta por lo que no sé, porque el día a día me agobia, porque  cada día cuesta mas hacerme cargo y aun así sé que no puedo flaquear. Déjame que llore por esa niña que veo al otro lado del espejo, por los problemas no resueltos, por las penas no lloradas y por esas por las que ya no me quedan lágrimas. Déjame que llore porque no sé como hacerlo y aun así lo quiero hacer perfecto. Déjame que llore porque no sé qué mas sigue, cuál es el camino correcto y cual la mejor decisión. Déjame que llore porque mil veces siento que tu eres la adulta y solo quiero acurrucarme en tus brazos y pedirte perdón por todas tus penas. Déjame que llore porque la frase vuelve a apretarme las sienes aún cuando no lo quiero: "yo, la peor de todas" y sé que es tiempo de superarlo. Déjame que llore por todos los buenos momentos que han sido un bálsamo en el día a día y casi me siento culpable por ello. Déjeme que llore simplemente porque tengo miedo. Déjame que llore en  estos episodios negros de existencia. Déjame que llore, simplemente,  porque hay tanto por qué llorar.